Hi-ro-shi-ma
Comisariado Suset Sánchez
Hi-ro-shi-ma
Jorge Carruana Bances
Exposición del 18 de enero al 24 de febrero de 2018
Durante los años ochenta, habitante ya de una diáspora a la que pertenecería hasta su muerte temprana en Roma en 1997, Jorge Carruana desarrolla un conjunto de obras sobre papel con la técnica aerográfica donde tomaría como referentes imágenes de las estampas con representaciones explícitas de escenas de sexo del grabado japonés, que se han conocido como género shunga o xilografías ukiyo-e, correspondientes al período Edo entre los siglos XVII-XIX. Ellas ilustraban pasajes de la literatura erótica popular y eran realizadas por la mayoría de artistas reconocidos de la época, aunque muchas se consideraban anónimas por no estar firmadas o utilizar anagramas o detalles sutiles para referir la autoría de manera subrepticia. En los primeros años de los ochenta, específi- camente en el conjunto que se exhibe en la Twin Gallery, Carruana reitera con mayor énfasis fragmentos de máquinas bélicas y aviones de combate que ya asomaban tímidamente en momentos anteriores de su trabajo, tanto en pintura como en el cine de animación. Incluso, en una de estas piezas, el creador se apropia, a través de una cita directa, de la histórica fotografía documental donde se ve a la tripulación del bombardero bautizado como Enola Gay que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945.
Pacifista convencido y activista político por la abolición de la pena de muerte y la defensa de los derechos humanos, la obra entera de Jorge Carruana Bances bascula entre imágenes de guerra y paz donde las máquinas bélicas son enfrentadas a los cuerpos copulando.
Artista multidisciplinar, pintor, ilustrador, diseñador gráfico, caricaturista y director de cine. Se vinculó tempranamente al Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), convirtiéndose en uno de los pioneros del cine de animación en Cuba. Entre los episodios reseñables de su biografía se halla la participación en el Salón de Mayo de 1967. En 1968 el artista emigró hacia España, pasando dos años en Barcelona, y en 1970 se estableció definitivamente en Roma
“Manuel Franquelo señala que la loncha de embutido que ha fabricado es una manifestación del “tropezón de la representación en el mundo de la alimentación en masa”