Perderse en los bosques

Comisariada por Cristina Anglada

Elena Bajo, Mónica Mays y Pedro Torres

Inauguración 20 de enero de 19.00 a 21.30h

Exposición del 20 de enero al 26 de febrero de 2022

c/ San Hermenegildo, 28, Madrid

Dossier sala

"Perderse en los bosques", una exposición colectiva comisariada por Cristina Anglada en la que se ponen en relación algunas obras recientes de los artistas Elena Bajo, Mónica Mays y Pedro Torres. Se trata de trabajos desarrollados a partir de detalladas pero laxas investigaciones en torno al mundo vegetal y las diversas relaciones que hemos mantenido con él, a la vez que despliegan historias que aspiran a trazar otros modos de existencias posibles. [...]

"Perderse en los bosques es una exposición que propone adentrarnos en una polifonía temporal de historias con las que ampliar imaginativamente otras posibilidades de pensar nuestra manera de estar en el mundo",
― Cristina Anglada, 2022

"Las obras de esta exposición intentan rescatar historias invisibilizadas, silenciadas y con ellas crear nuevos marcos epistemológicos más relacionados con lo mágico, lo vegetal y lo espiritual. [...]

Pedro Torres acude a los helechos para desplegar una narrativa en varios formatos y superposiciones, en los que las propiedades mágicas de las plantas y la combinación de tiempos e historias se ponen en relación. Rescata unas leyendas que hablaban de ciertas prácticas asociadas a la brujería en la Edad Media en las que se usaba el té o semillas de helecho para lograr la invisibilidad. Recupera la idea mística de la planta y la influencia que en determinados momentos ha tenido en la vida humana. A su vez, la contrapone a los modos en los que el colonialismo ha lidiado tradicionalmente con lo vegetal, principalmente a través de los herbarios y los Jardines Botánicos, en su caso, ejemplificados con las láminas de la colección de José Celestino Mutis.

Monica Mays presenta dos piezas con el tulipán como protagonista. Forest & Shade ii, iii (2021) son bordados de seda en forma de edredón en clave onírica y neobarroca que juegan a subvertir las diversas iconografías que ha asumido el tulipán a lo largo de los siglos. Mays toma como punto de partida una historia real, económico-social, un fenómeno acaecido en el siglo XVII, llamado tulipomanía, la primera burbuja especulativa de la historia. Dicha flor se convirtió en una moneda de cambio intercontinental. Con ello, comenzaron a mutar en forma y color, surgiendo los denominados "tulipanes rotos". La otra pieza, de suelo, titulada Bed, Unsayings (2020), está compuesta de objetos domésticos descartados, tulipanes en latón forjado e impresiones botánicas en seda vertiendo lana de oveja cruda, donde las formas domésticas sugieren un paisaje animista. Con estos trabajos, Mónica encarna las historias vernáculas asociadas a dichos objetos y materiales, muchas veces transmitidos oralmente y con las que a la vez propone una investigación de mitologías europeas pre-patriarcales.

Elena Bajo presenta fragmentos de su último trabajo en proceso Una Ola Creciente Rompe en la Orilla del Tiempo (Mañana Yo fui una Planta), un proyecto de investigación en el que propone a las plantas medicinales como las narradoras de su historia. Partiendo de plantas de la flora medicinal autóctona de Madrid, y fuentes etnográficas, arqueo-botánicas ancestrales, cosmologías y mitologías prehistóricas de la zona y la colaboración de entidades variadas, el proyecto se materializa en una serie de coreografías, elementos materiales y textuales. Las cerámicas y los cuadros actúan a modo de gestos pictóricos y proponen a su vez una relación con el cuerpo tanto el humano (performers como instrumento de canalización de la amapola del opio con la ingesta en micro dosis de la propia adormidera) como el de la planta: el textil ha sido realizado usando la tejedora Jacquard loom con hilos de algodón impregnados con partes del cuerpo de la planta. Se trata de un proceso artístico autogenerado que sigue una trayectoria fractal no sólo en el espacio sino en el tiempo (tiempo profundo), hallazgos fósiles que contemplan simultáneamente la historia y el futuro del Universo..

Desde la Ilustración, los filósofos occidentales han concebido una idea de la Naturaleza grandiosa y pasiva que el hombre se ha empeñado en dominar y controlar. Una situación que a su vez nos ha traído a una situación de tal desastre que no sabemos siquiera si la vida en la Tierra puede continuar. La naturaleza servía de telón de fondo para hablar de cuestiones morales del hombre. Solo los narradores de cuentos y fábulas se atrevieron a hablar de las relaciones y actividades entre los seres, humanos y no humanos. Surge la necesidad de recuperar estas historias y poner los cuidados de estas relaciones en el centro.

Bajo, Mays y Torres comparten con autores como Michael Marder, Mónica Gagliano, Anna Lowenhaupt Tsing, o Emanuele Coccia un interés renovado por estudiar las relaciones entre especies eliminando la necesidad de poner al hombre en el centro. Tenemos una necesidad de replantearnos nuestro modo de estar en el mundo e intentar deshacer el desaguisado que hemos montado, empezando por un cambio de perspectiva y asumir una posición ecológica, es decir, una que atienda las relaciones entre todos los seres vivos de manera completa, trazando con ello las múltiples historias existentes, no solo las humanas o las de los animales (Jakob von Uexküll), sino también mirando a las grandes olvidadas: las plantas, para, tal vez de ellas aprender algo", Cristina Anglada

"Una ola creciente que rompe en la orilla del tiempo. Mañana fui una planta", proyecto ecológico en el que Elena Bajo investiga los sistemas vegetales, en concreto las plantas con efectos psicoactivos, en este caso la adormidera o amapola del opio, como narradoras de sus propias historias ecológicas desde una posición no binaria, ecofeminista, no antropocéntrica y no jerárquica